Comuna de París
Discurso en la celebración del 150 aniversario de la Comuna de París
Monika Gärtner-Engel, 18 de marzo de 2021
¡Estimadas y estimados ciudadanos de Horst,
queridas y queridos amigos,
queridas y queridos camaradas de todo el mundo!
Exactamente el día de hoy, hace 150 años, la Comuna de París abrió un nuevo capítulo en la historia de la humanidad:
La liberación de la masa de los trabajadores de la explotación y la opresión; de una situación miserable para las masas debido a la guerra perdida por Francia.
Una liberación que no fue proyectada en los modelos elaborados por los socialistas utópicos, sino desarrollada en la lucha por la supervivencia, en la realidad contradictoria de París.
Una liberación, no en la promesa de una paradisíaca vida después de la muerte, pero conseguida por la disputa y lucha e impuesta en la vida real.
Por primera vez en ese marzo de 1871, la Comuna de París puso en práctica el dominio de la todavía joven clase obrera, en alianza con las capas pobres de la población urbana.
Por primera vez la idea de la liberación de la clase obrera, desarrollada por Carlos Marx y Federico Engels en el Manifiesto Comunista, se realizó durante 72 días en París.
Y su legado de cara al futuro es: Que tiemblen los en el poder – nosotros tomamos nuestro destino en nuestras manos: ¡La Comuna vive! Vive la Commune!"
40 años después, Lenin sacó el balance, también como preparación para la posterior Revolución de Octubre:
"La Comuna surgió espontáneamente, nadie la preparó de modo consciente y sistemático. La desgraciada guerra con Alemania, las privaciones durante el sitio, la desocupación entre el proletariado y la ruina de la pequeña burguesía, la indignación de las masas contra las clases superiores y las autoridades, que habían demostrado una incapacidad absoluta, … todo ello y otras muchas causas se combinaron para impulsar a la población de París a la revolución del 18 de marzo, que puso inesperadamente el poder en manos de la Guardia Nacional, en manos de la clase obrera y de la pequeña burguesía, que se había unido a ella." (Lenin, En memoria de la Comuna, en internet: www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/15-iv-11.htm).
París fue asediada; el hambre y el desempleo estaban a la orden del día.
Sin embargo, Marx y Engels habían considerado que una insurrección en París era prematura, porque la clase obrera todavía estaba muy poco organizada, y además de las ideas del socialismo científico se habían difundido muchas ideas pequeñoburguesas, utópicas y anarquistas.
Queridos amigos y camaradas:
Siendo revolucionarios siempre conmemoramos acontecimientos históricos del movimiento revolucionario y obrero con vistas a nuestra vida presente, y nuestra lucha presente y futura.
Los anti-comuna-nistas guardan en su mayoría silencio sobre la Comuna de París, también en Alemania.
Después de los periódicos "Rote Fahne", "junge welt" y "Neues Deutschland", el "Neue Osnabrücker Zeitung" de ayer fue el primer periódico burgués que recordó la Comuna.
Como "un mito desvanecido de la revolución mundial" la Comuna debe ser, según su autor, el Dr. Lueddemann, "una historia terminada".
Mirando los hechos, no obstante, él no puede sustraerse de la fascinación de la "utopía de una nueva justicia".
Sólo le queda despertar el escepticismo:
"La Comuna de París despierta profundas dudas, porque estableció un régimen que entendía la libertad como dominio único".
Sí, es cierto:
El dominio único del pueblo trabajador, de sus representantes elegidos y de su gobierno.
Esa fue precisamente la dimensión histórico-mundial de la Comuna, que, sí, ¡por primera vez fue al revés: el pueblo trabajador, oprimido durante miles de años, tenía el poder, y la abrumadora mayoría oprimía la minoría explotadora, cuya brutal política de guerra acababa de experimentar y no quería volver a experimentar!
Quien entonces, según los deseos del Dr. Lüddemann, ¿quién excepto el pueblo trabajador debería participar además en el gobierno?
¿Las iglesias, el emperador, la nobleza o el capital?
Ya conocemos suficientemente las sociedades, donde el "poder popular" figura en el papel, pero en las que en realidad una pequeña minoría de clases propietarias ejerce el poder, la dictadura
La Comuna, en cambió, fue la dictadura del proletariado que se había liberado de los viejos poderes que lo dominan todo.
Los 72 días de la Comuna de París mostraron la fuerza: la determinación de los obreros hasta el desprecio a la muerte, corazón y alma, pasión y entusiasmo, gran capacidad de organización y el armamento.
Pero al mismo tiempo se pudo ver el talón de Auqiles de esta lucha: la sobrevaloración de la espontaneidad, la situación de inmadurez de Francia en su conjunto y del movimiento obrero mundial, la ausencia de un partido obrero revolucionario, fuertemente arraigado –no sólo en Francia, sino en todo el mundo–, y la mezcla salvaje de ideologías compuesta de la moral de lucha revolucionaria, del anarquismo y las influencias del socialismo científico.
El gobierno huyó de París con sus tropas, sus funcionarios y su policía a Versalles; el pueblo permaneció, y siguió siendo dueño de la situación.
Este proletariado parisino, inexperto y desorganizado como era, desarrolló, en sólo diez semanas de Comuna una política que sigue siendo una inspiración y un modelo hasta hoy en día.
La palabra francesa Commune significa en alemán, comuna o comunidad.
La Comuna organizó la ciudad de París como una comunidad de municipios, que eligió a los delegados del consejo municipal.
Planeaba organizar todo el país a través de dicho sistema de delegados como comunidad.
La Comuna no era todavía el socialismo, también porque carecía de la base económica en la producción industrializada a gran escala.
Pero realizó principios revolucionarios, democráticos de las masas populares.
Sustituyó al ejército permanente y a la policía por el armamento general del pueblo.
Declaró la separación de la Iglesia y el Estado y eliminó el presupuesto estatal para la Iglesia.
Declaró la educación popular para ser un asunto puramente secular.
Prohibió el trabajo nocturno en las panaderías.
Abolió el sistema de multas contra las y los trabajadores.
Puso a las mujeres solteras en igualdad de condiciones con las mujeres casadas al igual que los hijos matrimoniales con los hijos extramatrimoniales.
Las mujeres desempeñaron un papel destacado en la Comuna y organizaron movimientos de mujeres proletarias.
La Comuna decretó que todas las fábricas cerradas o abandonadas por el propietario iban a ser entregadas a las cooperativas de trabajadores para reanudar la producción.
El mayor logro pionero que contenía el germen de la sociedad futura, de la dictadura del proletariado, fueron sus resoluciones a aplicar a los diputados y funcionarios de la nueva sociedad.
La Comuna decretó elegibilidad, posibilidad de destitución y deber de rendir cuentas para todos las personas elegidas.
Y aclaró que los sueldos de las personas elegidas, tales como los funcionarios administrativos y gubernamentales no debían superar un salario obrero normal.
¿Quién no está harto de los escándalos de corrupción actuales de los partidos y políticos burgueses?
Pago de cientos de miles de euros para haber intermediado la adquisición de máscaras. Sacar ventajas por haber aprobado la exportación de armas.
Conexión con Azerbaiyán en la CDU.
Hasta hoy día los parlamentarios burgueses, abusando flagrantemente la confianza depositada en ellos mediante los mandatos parlamentarios, no sólo se convierten en un proveedor de servicios para los monopolios dominantes, pero también, en lo posible, sacan un negocio personalmente lucrativo.
El MLPD se mantiene fiel a la Comuna:
Ningún político profesional aquí en el centro de Horst gana más que un salario medio de un obrero cualificado como máximo.
En realidad, el importe máximo del partido es incluso claramente inferior: es de 1.160 euros netos.
En nuestras iniciativas electorales todos los candidatos para las elecciones se obligan a entregar su asignación parlamentaria en su totalidad y reciben el reembolso de sus gastos; se obligan a rendir cuentas y, si es necesario, aceptar la destitución.
No puede haber compromiso entre el parlamentarismo burgués y el proletario.
O sirves a la clase obrera, a las masas populares y los oprimidos, y esto entonces desinteresada y modestamente; o sirves al capital financiero internacional, único dominante.
Las experiencias ejemplares de la Comuna de París fueron continuadas y desarrolladas a niveles superiores con los consejos de obreros y soldados de la Revolución Rusa, así como en las comunas de la China socialista.
La Comuna de París aún no estaba madura para estatalizar también el Banco Nacional y tampoco no actuó en contra del gobierno burgués que había huido a Versalles.
Eso se pagó duro. Adolphe Thiers, el gobernante francés burgués llegó a un acuerdo con Alemania, el enemigo de la guerra: Alemania liberó a 100.000 soldados franceses de los campos de prisioneros de guerra para que ahogaran la Comuna los últimos días de mayo en sangre mediante el asesinato en masa.
Marx y Engels acompañaron la Comuna con pasión y entusiasmo y también expusieron sus debilidades; difundieron sus experiencias.
La Primera Asociación Internacional de los Trabajadores participó directamente mediante su sección de París, y ayudó activamente a los comuneros que habían sobrevivido la matanza de sus más de 30.000 compañeros y estaban en fuga.
La Revolución de Octubre en Rusia, 46 años después, pudo aprovechar la experiencia de la Comuna y evitar al mismo tiempo la repetición de sus puntos débiles.
Ella fue dirigida ya por un partido templado en la lucha, se basó en la difusión masiva del del marxismo en la clase obrera y no tenía ilusiones sobre la necesidad de la defensa militar.
La clase obrera aprende de sus conquistas y victorias, al igual que de sus errores y derrotas.
El marxismo-leninismo no sirve para otra cosa que la generalización de las experiencias del movimiento obrero en todos los países.
Al igual que la Comuna unió las experiencias de los obreros franceses con las de los refugiados en París, quienes estaban en las primeras filas de la Comuna y participaban particularmente en la liberación de la mujer, nosotros hoy día compartimos nuestras experiencias en el MLPD, así como en la plataforma mundial con la ICOR – y con la construcción del Frente Único Antiimperialista y Antifascista: ¡es nuestra Comuna!
Entre las victorias y derrotas de nuestra historia, el 18 de marzo de 1871 representa una grandiosa victoria.
¡Saludos cordiales a París y para todo el mundo!
¡Viva la Comuna!
Vive la Commune – esto significa hoy:
¡No le des ninguna chance al anticomunismo!
Vive la Commune – esto significa hoy:
¡Difundamos los conocimientos y las experiencias de la Comuna y creemos conciencia entre las masas y particularmente entre los jóvenes!
Vive la Commune– esto significa hoy:
¡Luchemos de manera organizada por el socialismo, por el ideal comunista de la libertad!